viernes, 27 de abril de 2012

Santuario rupestre de San Salvador, Quintanilla de Somoza-Luyego

Volvemos a la Maragatería, a las inmediaciones del monte Teleno, una montaña del Macizo Galaico-Leonés, ya mencionado en esta página, y cuyo dios del que toma nombre, según el autor que hoy traemos, era venerado en el conjunto rupestre de San Salvador, en Quintanilla de Somoza. El santuario prerromano recibe su nombre de la antigua iglesia de San Salvador -hoy en ruinas- cuyos restos se encuentran junto a este yacimiento.
















*Fuente: Miguel Ángel González, Charla en las VIII Jornadas Entrecuesto 2012

El yacimiento consiste en una peña con una acumulación de piedras de cuarzo blanco o geijos, cazoletas, incisiones y un megalito. Hacia el oriente existe otra peña más pequeña con cazoletas y algo más alejado, un poste de piedra alargado con rebajes e incisiones que la tradición dice que procede del Pico del Castro.
[...]el elemento que me parece más interesante es su megalito. Consiste en una gran bloque alargado apoyado en dos lajas, que está alineado hacia la dirección del nacimiento del sol en las fiestas de media estación invernales.
[...]En el sentido contrario del eje del megalito se produce el alineamiento con la puesta del sol en las fiestas de media estación que dan comienzo y fin al verano, Lugnasad o Asamblea de Lug y Beltaine o Fuego de Bel. Es decir, este megalito verifica las cuatro fiestas de media estación que dividen el año en cuatro estaciones.

jueves, 26 de abril de 2012

Petroglifos del Tamujar, Arroba de los Montes

Sin que se conozca su significado y, por tanto, su finalidad, más allá de la transmisión de un mensaje, y aunque aquí únicamente solemos dejar constancia de elementos rituales o sagrados de la Prehistoria y de la Antigüedad, más o menos contrastados, queremos de todos modos hablar de unos petroglifos que el autor que hoy traemos atribuye a los carpetanos. Estos grabados tienen la apariencia de escritura y, alguno de los signos representados, ciertas similitudes con el alfabeto íbero, en concreto con su variante sudlusitana-tartesia. Suponen un hecho muy particular, pues apenas existen testimonios escritos en el I. Milenio a. C. fuera del ámbito cultural íbero y celtíbero. En el municipio de Arroba de los Montes, donde se encuentran estas inscripciones, existen otras manifestaciones rupestres de interés, por lo que volveremos a visitar este lugar más adelante.




















*Fuente: Jesús Víctor García,

Los signos de Tamujar II representan el lenguaje primitivo de sus habitantes, los carpetanos, uno de los pueblos celtiberos* de la Península Ibérica pero influenciado con la cultura tartésica como lo demuestra la estela de Navalpino; tiene signos idénticos y semejantes a la escritura celtibérica y a la escritura sudlusitano-tartesia. Estos signos corresponden a inscripciones "no ortodoxas", con signos de extrañas formas y quizás diferencias estructurales, pero estas inscripciones no forman un grupo porque cada una tiene sus propias singularidades.


*Esta calificación del autor, si se toma en sentido estricto, es incorrecta, pues los carpetanos no se encuentran entre las nombradas como etnias celtíberas.












miércoles, 25 de abril de 2012

La joya de Los Azafranales y su posible origen irlandés, Coca


Hoy nos acercamos a la nombrada en los textos clásicos como Cauca -la Caucia de los vacceos-, la actual Coca. Un enclave como éste, además de por su famoso castillo, destaca por una arqueología nada pobre; así, en el lugar conocido como Los Azafranales, se halló en 1999 una pieza del Bronce Final Atlántico cuya factura se cree proveniente de Irlanda. Su hallazgo que no se produce en un contexto ritual o funerario, por lo que se cree que se pudo extraviar sin más, seguramente siglos después de haber sido fabricada,  sí esconde una simbología a la que sus estudiosos atribuyen un significado religioso o mágico. Dejemos que sean ellos los que nos cuenten. Sólo añadir, que no he encontrado ninguna fotografía de este joya, sólo la siguiente recreación, aunque próximamente pasará a formar parte del Museo de Segovia.


















*Fuente: Guillermo Herrero, El Adelantado de Segovia


En cuanto a la simbología de la pieza, Blanco y Pérez recuerdan que existe consenso entre los especialistas sobre el significado de los ‘conos’ o ‘espirales’ que aparecen en objetos de la Edad del Bronce. Así, interpretan la imagen de la espiral como una representación de carácter solar a la que quienes hicieron uso de ella atribuían virtudes mágicas y religiosas. “Y es así como nos parece deben ser interpretados los conos de esta joya”, dicen los dos investigadores.
 Por lo que respecta a la cronología, se cree que “muy posiblemente se pudo haber fabricado hacia los siglos XI ó X a.C. en un taller de las Islas Británicas, seguramente irlandés”. Irlanda se convirtió durante los siglos del Bronce Final en el mayor centro de producción de joyería de oro de toda Europa occidental. No obstante, lo más probable es que la joya de Coca se extraviara ya en el siglo VIII ó VII a.C.
 Pérez, director de la Unidad de Arqueología de IE Universidad, informó ayer que, una vez terminado el estudio de la pieza, “próximamente” pasará a engrosar los fondos del Museo de Segovia.

martes, 24 de abril de 2012

Santuario de l'Alt de la Carraposa, Rotglá y Corbera


Hoy nos acercamos a la antigua Contestania, en concreto a la comarca de La Costera, pues en el municipio de Rotglá y Corbera, en La Carraposa, un cerro amesetado, se han hallado los restos de lo que se cree fue un antiguo santuario; así lo ha interpretado José Pérez Ballester, el arqueólogo que ha estado al frente de esta excavación. Es muy poca la información que hemos encontrado sobre este yacimiento, con lo que si, en lo sucesivo, hallamos algún documento interesante, completaremos esta entrada, pero quede aquí constancia de este antiguo enclave, que aún hoy en día, sigue siendo objeto de culto a través de especie de romería.














*Fuente: Rafel Montaner, LNE

El arqueólogo que ha dirigido las excavaciones en la Carraposa, José Pérez Ballester, profesor de la Universidad Valenciana, ha identificado en este yacimiento una gran concentración de restos de cerámicas ibéricas usadas en ofrendas alimentarias y ritos de libación, así como fragmentos de terracotas -estatuillas de équidos y bóvidos- ofrecidas como exvotos.

miércoles, 18 de abril de 2012

La Isla Saltés, ¿consagrada a Heracles?, Huelva

Hoy nos acercamos a una isla fluvial de la Ría de Huelva, donde confluyen el río Odiel y el río Tinto. Ya estuvimos muy cerca cuando visitamos el Monasterio de La Rábida tras la huella de un templo tartésico que, según Schulten, posiblemente se asentara en el lugar que ocupa este monasterio. La Isla Saltés se encuentra en el paraje natural de las Marismas del Odiel, estando su visita bastante limitada pues anida el águila pescadora -o halieto-, un ave protegida.
Al igual que con otros lugares, se especuló con la posibilidad de que la antigua ciudad de Tarteso -si existió como tal, pues pudiera ser que fuera el nombre de un territorio más o menos amplio con distintas ciudades-estado- hubiera estada ubicada en esta isla, tan cercana a la antigua Onuba. Pero hoy no vamos tras la huella de Tarteso -que no estaría nada mal encontrársela por el camino- sino que queremos anotar un dato aportado por Estrabón y que relaciona esta isla con la mitología helena, en concreto con la figura de Heracles, tan unida a la historia de esta península. Este geógrafo nos cuenta que los marineros fenicios atravesaron el estrecho llegando hasta una isla consagrada a Heracles, situada junto a Onoba o Onuba -la actual Huelva-.
Esta narración hace creer que dicha isla es la de Saltés. Además, este mismo dato ha dado pie también ha considerar que Onuba pudiera haber sido una fundación griega y no fenicia, aunque esa ya sería otra cuestión.
Como aclaración diremos que la fuente que hoy traemos, hace distinción entre tirios y fenicios, pero tan púnicos son los primeros como los segundos.

















Puesta de Sol vista desde la Isla Saltés, Huelva

*Fuente: Huelva Información


El más antiguo de los historiadores que habla de nuestra ciudad es Estrabón, quien cita la llegada de tirios y fenicios a una isla consagrada a Hércules (Saltés) inmediata y frente a Onoba.

[...] el más antiguo de los historiadores que hablan de nuestra ciudad -Huelva- es Estrabón, geógrafo y escritor griego del siglo I antes de Jesucristo, que tratando del viaje que realizaron los tirios y fenicios para recorrer las costas del océano Atlántico y buscar en ellas asentamientos idóneos para su comercio y lograr así el tesoro de sus minas aclara que "salieron del Estrecho, caminaron 1.500 estadios al Poniente y llegaron a una isla consagrada a Hércules (Saltés), inmediata y enfrente de Onoba, ciudad de Iberia…".

martes, 17 de abril de 2012

Necrópolis de Cabezo Lucero, Guardamar del Segura

Cumpliendo nuestra promesa, volvemos a Cabezo Lucero. Tras hablar de la Dama de Guardamar y, posteriormente, contemplar Cabezo Soler desde este poblamiento contestano, hoy visitamos su necrópolis, una de las más importantes del mundo íbero que ayudan a comprender, en mayor medida que otros yacimientos, la realidad religiosa de este antiguo pueblo peninsular. Cabezo Lucero se encuentra junto a la carretera que une Guardamar del Segura con Rojales, con una vista espléndida sobre el valle del río Segura, muy cercano ya a su desembocadura en el Mediterráneo. Hace más de dos milenios, cuando este lugar se hallaba habitado, el ancho valle estaba constituido por una extensa albufera o marisma.
En esta necrópolis se hallaron alrededor de cien tumbas. Los íberos incineraban los cadáveres para después, en la forma usual para tantos pueblos, recoger las cenizas en una urna que era enterrada, pero en esta necrópolis se han hallado, además, algunas incineraciones en el propio lugar de enterramiento, lo que no es muy común. Destaca también el gran número de panoplias encontradas, pues en más de la mitad de las tumbas aparecieron distintas armas, como falcatas, lanzas o puñales, lo que ha hecho pensar que este poblado tuviera un importante número de soldados, quizás destinados a controlar esta importante zona de desembocadura del Segura.




















Fuente: Julio Asunción, arqueologiaalicante.blogspot.com.es

Lo habitual entre los iberos era la incineración del cadáver en un lugar específico (ustrinum) para después recoger los restos y cenizas y depositarlos en una urna o vasija funeraria que era enterrada en estos lugares sin duda sagrados para ellos. En esta necrópolis además de este tipo de rito se da otro poco común en esta cultura. Se realizaron varias incineraciones in situ, es decir en el mismo lugar de enterramiento. Estas cremaciones primarias solo se dan en hombres adultos y parece ser que sólo se han documentado en esta necrópolis y en la desaparecida de la Albufereta, también en la provincia. En algunos de los hoyos practicados en el suelo todavía se puede apreciar las huellas del fuego.
Para las culturas antiguas el fuego era sagrado ya que era el bien más preciado por los dioses. La cremación supone la preservación del cuerpo al sustraerlo de la descomposición. Además, al convertirlo en humo lo eleva hacia los dioses, otorgándole la inmortalidad.
También se realizaban libaciones con vino y aceite como manera ritual de apagar las cenizas y purificar los restos tal como parece desprenderse de la aparición de vasos rotos y quemados sobre las cenizas de las inhumaciones in situ. Otro rito que se realizaba en las proximidades de las tumbas consistía en la realización de ofrendar al difunto alimentos quemados que no eran consumidos por los vivos. Del conjunto de incineraciones más de un 30% son incineraciones in situ, un 42,85% en urna y el 26,98% de las cenizas son depositadas directamente en la oquedad, sin urna cineraria.
Otra singularidad de Cabezo Lucero son los túmulos rectangulares, hoy ruinosos, que eran coronados con figuras animales de carácter sagrado que tenían la misión de guardar los restos del difunto y proteger el lugar sagrado.

lunes, 16 de abril de 2012

Estela antropomorfa y rituales íberos en Puente Tablas, Jaén

En tierra de antiguos oretanos, junto a la actual capital jiennense, se encuentra el yacimiento arqueológico de Puente Tablas sobre el Cerro de la Plaza de Armas -en realidad dos cerros colmatados formando una meseta-, donde se situó el oppidum. La ocupación de este cerro se dio desde inicios del primer milenio a. C. hasta finales del siglo III a. C, trasladándose paulatinamente, hasta el abandono total, su población al Cerro de Santa Catalina de Jaén.
Pues bien, hace pocas semanas, se ha hecho público el descubrimiento de una escultura, que han calificado como estela antropomorfa, y que ha sido interpretada, por el equipo del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica que está llevando a cabo las excavaciones del yacimiento, como una posible divinidad femenina dedicada a la fertilidad. También se han hallado, junto a la misma puerta de la muralla, los restos de un sacrificio de animales, en concreto de cerdos -se dice que posiblemente fueran cerdas preñadas- y se especula con la idea de que pudiera tratarse de un ritual de fundación -o refundación- de este antiguo oppidum ibero.
Por último, se ha comprobado que justo en los días de equinoccio los primeros rayos de luz del día entraban por la puerta para iluminar durante unos instantes a la supuesta diosa de la estela antropomorfa, pudiendo ser, en el caso del equinoccio de primavera, una especie de bienvenida a la llegada de la estación en la que los campos volvían a "recobrar vida", de donde se deduce que quizás fuera una diosa de la fertilidad.




















*Fuente: andaluciainformacion.es, 19/03/2012

...en el transcurso de la intervención arqueológica se ha documentado una piedra trabajada que en un primer momento se interpretó como un betilo y posteriormente como una estela antropomorfa. Ello fue posible al descubrirse en el laboratorio de restauración del CAAI (Centro Andaluz de Arqueología Ibérica) que la piedra estaba tallada y mostraba dos brazos con las manos abiertas sobre el vientre y restos de un posible cinturón, sin que se adviertan rasgos que definan el rostro o cualquier otro elemento figurativo en la pieza. Arturo Ruiz -directos del CAAI- explica que se está en condiciones de afirmar que la estela representa, esquemáticamente, a una divinidad y que se dispondría en el centro de la puerta junto a una pequeña capilla lateral. “Hemos encontrado una estela de una divinidad, posiblemente femenina y dedicada a la fertilidad, que estaba rota y tumbada delante de la puerta, pero se conservaba muy bien el sitio donde tenía su posición original”.
En relación con este hecho, se ha documentado en esta segunda fase la realización de un ritual de sacrificio de un grupo de trece cerdos domésticos y tres cabras, probablemente en el caso de las cerdas de hembras preñadas, según confirma el doctor Riquelme, de la Universidad de Granada, enterradas bajo una cista de piedra, en la que la que se dispusieron posteriormente dos mandíbulas también de cerda, que se cubrieron con dos grandes piedras cúbicas. Podría tratarse de un ritual de fundación ofrecido a la divinidad representada en la piedra.

Por último, se ha constatado que la puerta tiene una orientación al este, que coincide exactamente con la salida del sol en los equinoccios, momento en el que llega la luz por la puerta hasta la imagen de la divinidad. Para contrastar experimentalmente esta posibilidad, que está siendo asesorada por el doctor Manuel Pérez, de la Escuela Politécnica de Ávila (Universidad de Salamanca), el equipo arqueológico del CAAI ha levantado un dispositivo que recrea las sombras y luces de la puerta, durante los días 19 y 20 de marzo, reproduciéndose en cartón a escala 1:1 la imagen de la estela para constatar, desde su posición original, la recepción de las primeras luces de la mañana del sol durante los días en torno al equinoccio de primavera, lo que sería indicativo de un rito de celebración a la divinidad, seguramente de fiesta, asociado a la fertilidad y a la agricultura. “Hemos observado cómo el sol sale, pasa justo por el centro de la puerta, y su luz llega a la diosa empezando por la cabeza y terminando por los pies. Luego, la propia puerta provoca que caiga la sombra, por lo que en media hora hemos presenciado la aparición y desaparición de la diosa”, aseguraba Arturo Ruiz.

viernes, 13 de abril de 2012

Petroglifo del abrigo de O Raposo, Amoeiro

Sobre este petroglifo, como ocurre con tantos otros, han concurrido distintas interpretaciones. Una de ellas estima que representa la silueta del cercano Monte de San Torcuato, al Oeste, acompañándole otro grabado serpiforme; nuestros antepasados hablaban de serpientes que surcaban las profundidades de la Tierra, con lo que quizás creyeran que el perfil de este monte hubiera sido ocasionado por una de ellas. Así ha sido interpretado al menos por un participante de celtiberia.net, de donde extraemos la foto que ilustra esta teoría.
Este monte ya fue protagonista de una entrada de nuestro blog, pues la ermita consagrada al santo que le da nombre se sitúa sobre un antiguo castro, donde destaca un grupo de cazoletas y un altar rupestre. Nos encontramos en una zona, por tanto, muy rica en manifestaciones pétreas, algo bastante habitual también en el resto de Galicia.
Como dato curioso, diremos que este petroglifo se encuentra en sombra durante todo el año, salvo cuando llega el solsticio de invierno, donde un rayo de luz lo ilumina. Quede constancia de dicho fenómeno, aunque, como siempre decimos en estos casos, habría que calcular la precesión de los equinoccios para ver si dicha circunstancia se daba o no cuando su creadora o creador ejecutó dicho grabado y, en caso de que sí se diera, si fue intencionado o no, incógnita igual complicada de resolver.


















*Fuente: Manuel Santos Estévez, Petroglifos y paisaje social en la prehistoria reciente del noroeste de la Península Ibérica

Se trata de una aglomeración que sobresale en el terreno unos tres metros y medio y está formada por grandes rocas graníticas, en cuyo interior alberga un abrigo dentro del cual se sitúa una roca exenta con un grabado de forma irregular. El petroglifo se encuentra a la entrada del abrigo de una roca exenta orientada hacia una abertura desde la que es posible contemplar un pequeño sector del horizonte sudoccidental.

jueves, 12 de abril de 2012

El Dolmen de El Rincón, El Escorial

Hoy queremos rectificar un dato que ofrecimos hace días. Al hablar del Dolmen de Entretérminos comentamos que éste era el único conocido dentro de la provincia de Madrid, pero hemos comprobado que existe, que se sepa, otro en la finca de nombre El Rincón, sita en el municipio de El Escorial. Se encuentra muy cerca del altar rupestre de Canto de Castrejón, ya citado en esta web, por lo que también se le conoce por Dolmen de Castrejón. Se habla también de la existencia de un túmulo en Las Zorreras, también en El Escorial, junto a la propia finca El Rincón igualmente, y se especula con la existencia de algún megalito más por el municipio de Galapagar. Todas estas construcciones se encuentran en fincas privadas, lo que dificulta su conocimiento y estudio. En concreto, nuestro dolmen de hoy -El Dolmen de El Rincón- fue dado a conocer por el propio investigador del Canto de Castrejón, el arqueólogo Jiménez Guijarro.
















Finca El Rincón, El Escorial

Os enlazamos a la página Caminando por Iberia, donde se puede contemplar la única imagen que parece existir en la Red de este megalito: El Dolmen del Rincón. Misterio en Madrid

miércoles, 11 de abril de 2012

El Vaso de las flores de loto de Puente Largo, Aranjuez

Hoy nos acercamos a un pequeño yacimiento arqueológico junto al río Jarama, dentro del término municipal de Aranjuez, para dejar constancia de una representación muy abundante desde la Edad Antigua a tiempos mucho más recientes. Estamos hablando de la flor de loto, un motivo decorativo que tiene su origen en Egipto y que se asocia con la diosa Isis -cuyo culto ha dejado alguna huella en la antigua Iberia como ya vimos- y la inmortalidad del alma. A título informativo sobre el yacimiento, diremos que consiste en una casa cuadrangular de la Primera Edad del Hierro, donde se halló el vaso en cuestión, junto al conocido como Puente Largo terminado en 1761 con piedra probablemente obtenida, según Roso de Luna, de los restos romanos de la actual y cercana población de Titulcia, pueblo al que pertenecía anteriormente el puente antes de pasar a formar parte de Aranjuez.





















*Fuente: Kenia Muñoz López-Astilleros y José Ortega Blanco, Elementos de inspiración orientalizante en la cuenca media del río Tajo: El Yacimiento de "Puente Largo de Jarama" (Aranjuez, Madrid)

Entre los materiales documentados en la excavación apareció un fragmento de un vaso cerrado de gran tamaño, cuyo cuello estaba decorado mediante finas incisiones, representando motivos florales diestramente trazados con un esquema complejo que no puede ser considerado original, sino que se imitan diseños foráneos, pero, con toda seguridad, bien conocidos por el artesano. El fragmento conserva tres flores de loto abiertas, la central prácticamente entera y los extremos de otras dos. Las flores están compuestas por dos grandes pétalos que inscriben otros tres, de los cuales sólo el central está representado por una doble línea; bajo dicha franja aparecen restos de otro motivo que nos lleva a pensar quizá en la existencia de otra banda similar y, en suma, de una decoración más elaborada.Lotos y papiros son motivos decorativos procedentes de Egipto, hábitat natural de estas plantas, en donde se vinculaban a cultos de Isis y a la inmoratalidad del alma. Con este sentido se introduce en la iconografía y en la escatología fenicias, siendo los comerciantes fenicios los que difundieron estos motivos, a través de los cuales llegaron con seguridad a España.
[...] La técnica empleada, en los ejemplares peninsulares, es la incisión, lo que les procura una apariencia más tosca que los orientales en los que encontramos sus más próximos precedentes iconográficos, como los hallados en Nimrud (Siria) (Mallowan 1966), delicadamente decorados en relieve. Sobre bronce tenemos varias representaciones de lotos o papiros, a menudo relacionados con representaciones de Astarté.

martes, 10 de abril de 2012

La Torre de los Escipiones y el dios Atis, Tarragona

Hoy terminamos con el último monumento funerario romano turriforme de los tres existentes en la Península Ibérica, tras los ya citados de Cartagena -Torre Ciega- y Villajoyosa -Torre de Sant Josep-, La Torre de los Escipiones, en las cercanías de Tarragona. Su nombre proviene de un error, pues los dos relieves dedicados al dios frigio Atis existentes en el monumento fueron identificados en un inicio con las figuras de los hermanos Escipión. Esto nos lleva a hablar de la representación doble de este dios en dicho mausoleo, una divinidad que simboliza la muerte y la resurrección y que, entre otras cosas, fue amante de la diosa Cibeles y conductor de su carroza tirada por leones.























*Fuente: Ficha de ArteHistoria, Junta de Castilla y León

La torre de los Escipiones es uno de los monumentos emblemáticos de la ciudad de Tarragona. Ubicada a unos 6 kilómetros de Tarraco, en la Vía Augusta, es un excelente ejemplo de monumento funerario turriforme. Tiene planta cuadrada y consta de tres cuerpos superpuestos que van decreciendo en tamaño. En el cuerpo intermedio encontramos dos figuras en altorrelieve que representan a Atis, una divinidad de origen oriental que está asociada al culto funerario. Tradicionalmente, estas dos figuras han sido identificadas como los hermanos Escipión, lo que ha dado lugar a la denominación de este sepulcro realizado hacia la primera mitad del siglo I d.C.

lunes, 9 de abril de 2012

Templo del Collado de Piedras Labradas, Jarilla

En el Valle del Ambroz, en el municipio de Jarilla, bastante cerca de la antigua Cáparra, se encuentra este templo romano -Piedras Labradas- del que sólo se conserva la cella, habiendo desaparecido, por tanto, la naos y la pronaos. En torno a este templo se han hallado 30 aras, de entre las que únicamente cuatro conservan, ya sea total o parcialmente, inscripción. El resto, por tanto, son anepígrafos, ya sea por haber sido creadas sin dedicatoria o por la desaparición de éstas debido a un desgaste continuo al encontrarse este templo a más de 1000 de altitud. Los cuatro aras que se encontraron con epígrafe carecen de teónimo, por lo que, por un lado, estudiosos como Marceliano Sayans entendieron que pudiera haber estado el templo dedicado al culto imperial, mientras que otros han interpretado que quizás hubiera estado consagrado a alguna divinidad salutífera o acuática, pues son muy abundantes los manantiales cercanos al mismo.


















*Fuente: Jaime Rio-Miranda y Mª Gabriela Iglesias, Ara votiva del templo romano del Collado de "Piedras Labradas", Jarilla (Cáceres)

Este nuevo hallazgo epigráfico desvela la identidad de la advocación o protector de lugar. El primer autor que se refirió a este enclave fue el Dr. Sayans Castaños que decía que el templo estuvo dedicado exclusivamente a la veneración de la figura del César. Esta dedicatoria, así como la nueva lectura efectuada a otro de los epígrafes ya conocidos, nos hace pensar que este templo estaba dedicado a una divinidad salutífera, asociada a las especiales características hidrológicas de la zona, con abundantes manantiales próximos a sus ruinas.
Uno de estos manantiales aun conservaba, a comienzos de la década de los 80, algunas piedras colocadas alrededor de la fuente de forma intencionada y durante esa visita se localizaron en sus proximidades tres fragmentos de cerámica campaniense que pertenecían a la misma pátera, cuya forma se adscribe a la clasificación Lamboglia B5, dos monedas pertenecientes a época republicana, un denario de Augusto, reverso escudo, esta moneda de ceca militar móvil y un bronce de la serie del toro en el reverso y correspondiente a la ceca de Celsa, emisión de los años 27 al 23.

miércoles, 4 de abril de 2012

El dios Revve Anabaraecus y su posible santuario, Mérida

Ya estuvimos, en esta página, no hace mucho tiempo en Mérida hablando de la figura de un carro-votivo allí encontrado y, sobre todo, citando su posible origen prerromano, circunstancia muy desconocida aún en la actualidad, pues todavía se considera Mérida como una fundación augustea en un enclave donde no existía con anterioridad poblamiento alguno. La existencia de un posible santuario, no sólo romano sino también vetón, en la confluencia de los ríos Albarregas y Guadiana se puede considerar una pista, de las varias existentes, en este sentido. En concreto, la prueba más clara la constituye un relieve -un dintel- hallado en el mausoleo existente en la Casa del Anfiteatro de Mérida, donde un tal Gaius Iulius Successianus rinde pleitesía a un dios denominado Revve Anabaraecus, cuyo teónimo no es otra cosa que el nombre compuesto de los ríos Anas (Ana, en este caso) -Guadiana- y Barraeca -Albarregas-, hidrónimos de origen indígena. A un lado y otro de la inscripción aparece la personificación de ambos ríos con la inscripción de sus propios nombres: Ana y Barraeca, por lo que es conocido como Dintel de los Ríos. Esto, sumado a algunos exvotos encontrados en el propio entorno de la unión de ambos ríos y la posible función como ninfeo, romanizando seguramente un santuario anterior, de lo que siempre se creyó como depósito final del acueducto de Los Milagros, constituyen más elementos que inciden en determinar este lugar como un antiguo santuario.


















*Fuente: Resumen del trabajo de Alicia M. Canto, Anabaraecus y confluencias divinas en Mérida: un mausoleo excepcional

A ambos lados del dintel y de la inscripción están representadas en relieve, debidas a dos manos, en un estilo “provincial” y tosco, pero plásticamente cautivador, las personificaciones de los dos ríos que confluyen en Mérida, el Ana (hoy Guadiana) y el Barraeca (actual Albarregas), cada uno con su respectivo letrero inscrito. Ambos epígrafes son de gran interés porque el primero nos confirma que el apelativo antiguo del gran río no era Anas, como más frecuentemente se le llama, sino Ana, y el segundo nos permite saber por primera vez el verdadero nombre del río secundario de Mérida, que resulta ser el indígena Barraeca, habiéndose los árabes limitado a añadir su artículo “al-” al nombre autóctono. Con ello se desechan explicaciones seculares, como que los primeros fundadores le habrían llamado "Albarregas" para recordar a la vetusta y noble Alba Regia. La verdad es que el nombre está asociado a una de las palabras hispanas sin origen claro, “barro”, y que este hidrónimo define relativamente bien el tipo de cauce amplio y de poco fondo, muchas veces fangoso, del Albarregas.
El estudio de precedentes y paralelos (entre otros la escultura de Oceanus del mitreo de Mérida) lleva a la autora a otras reflexiones sobre la inscripción, particularmente acerca de las posibles relaciones de ambas personificaciones con la actividad religiosa propia de un augustal. Esto la conduce a sugerir una relación entre Barraecus y el teónimo indígena, posiblemente vetón, Revve Anabaraecus, conocido de antiguo en Trujillo y Ruanes (en ésta fragmentado en Baraeco), en el que ella interpreta el elemento revve como “río, dios del río” o “de ambos ríos” (por la doble vv), sugiriendo por ello que existía en la Antigüedad un culto en general a las confluencias de los ríos, del que éste de Mérida sería un ejemplo, como algunos otros, del tipo Langanidaecus.
[...] la autora rescata el olvidado hallazgo, en 1924, de una serie de exvotos de bronce, de un lugar no muy alejado de la confluencia de los ríos; entre ellos había un hermoso caballo en actitud triunfal, un flamen, una flamínica y un joven togado, que vienen siendo considerados como genios domésticos. Propone que, como ocurrió en otros lugares en época julio-claudia, el culto vetón prerromano de la confluencia emeritense fue reorientado por los romanos hacia el culto al emperador, y concretamente a Augusto. Esta zona sagrada se localizaría en la muy poco explorada zona de El Calvario, al occidente de Mérida. El que de siempre ha sido considerado como depósito final del acueducto de Los Milagros formaría parte más bien, como un ninfeo, de esa reconversión hacia el culto imperial. El tema será objeto de un futuro trabajo, pero puede adelantarse que gracias a la aparición de un cráneo de cabra en la tumba de una mujer de la primera fase del mausoleo, quizá la esposa del augustal Successianus, puede demostrarse que todavía en época tan avanzada estaría asociado al culto imperial el de la vieja diosa celto-vetona Ataecina; a ello hay que añadir que la que ahora se propone como flamínica de El Calvario presenta en su espalda la inscripción PRO, quizá de Pro(serpinae).


















Río Albarregas desembocando, al fondo, en el Guadiana
Dintel de los Ríos en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida


martes, 3 de abril de 2012

Ara de la diosa Ilurbeda en Segoyuela de los Cornejos, Tejeda y Segoyuela

Como hicieramos no hace mucho tiempo con Narros del Puerto, hoy volvemos a hablar de la diosa Ilurbeda a través de otro testimonio de su nombre grabado en piedra, de los varios existentes. Nos estamos refiriendo a un ara romano que forma parte de la escalinata de entrada a la iglesia de Segoyela de los Cornejos, en la comarca de La Huebra. Resulta muy curioso el nombre de esta diosa, documentada fundamentalmente a uno y otro lado de Gredos, además de en las zonas serranas colindantes de Portugal -Sierra de la Estrella-, pues nos encontramos en territorio vetón y lusitano, resultando, aparentemente, el teónimo más bien de raíz íbera. Por este motivo, se ha especulado con la posibilidad de que pudiera haber sido una divinidad importada, aunque no se ha documentado aún, por lo visto, fuera del entorno geográfico mencionado, un espacio eminentemente montañoso, por lo que se cree pudiera ser una diosa que representara a la propia montaña o los pasos o puertos por donde ésta se cruza, como opinan igualmente otros autores.






















*Fuente: Juan Carlos Olivares Pedreño, Teónimos y fronteras étnicas: los lusitani

El altar más monumental dedicado a la diosa procede de Segoyuela de Cornejos (Salamanca), de 78 cm de altura, y realizado en mármol blanco (Mangas, 1971, 135-136, nº 13). Se encuentra en la actualidad formando parte de las escaleras de entrada a la iglesia del pueblo. La mención a la diosa reza Ilurbeda[e] sacrum con letras de magnífica factura.

lunes, 2 de abril de 2012

Posible santuario en Mentesa Oretana, Villanueva de la Fuente

Hoy nos acercamos a una de las tantas poblaciones peninsulares que se asientan sobre antiguas ciudades del periodo romano y prerromano. En concreto visitamos Villanueva de la Fuente, en la comarca de Campo de Montiel, población nacida sobre lo que fue la antigua ciudad iberorromana de Mentesa Oretana. Dicha calificación de iberromana quizás, tal como nos advirtió nuestro buen amigo Pichuneke, no es del todo acertada, pues parece ser que si bien los oretanos al sur de Sierra Morena sí correspondían mayormente al tipo cultural íbero, los situados al Norte de esta sierra, en lo que luego vino a llamarse La Mancha, podrían ser más celtas que íberos, aunque ambos, es decir, los articulados alrededor de Oretum Germanorum al norte, como los que lo hicieron en torno a Cástulo al sur, han sido calificados por los autores clásicos como pertenecientes al mismo pueblo, el oretano. Al margen de esta puntualización, el autor que hoy traemos -Luis Benítez de Lugo Enrich- especula con la existencia de un santuario de culto al agua en esta antigua población, donde se han hallado distintas piezas que bien pudieran ser una prueba o indicio en dicha dirección. Hay que destacar también la gran importancia de Mentesa en época visigoda, pues fue centro de un obispado.
















*Fuente: Luis Benítez de Lugo Enrich, Arqueología del culto ibérica en la Oretania septentrional

La asociación frecuente de santuarios ibéricos a nacimientos de agua —como es el caso, por ejemplo, del Cerro de los Santos (Montealegre del Castillo, Albacete) o de La Luz (Murcia)—, sumado a la existencia de importantes manantiales en Mentesa Oretana y a la aparición de dos exvotos —uno ibero y otro romano— a los pies de este oppidum permite abrir una hipótesis de trabajo sobre la existencia de un santuario mentesano, quizás relacionado de algún modo con las aguas. Las aguas fueron un elemento fundamental de la therapeia ibérica. Efectivamente, su ingestión —o incluso unas meras abluciones— han sido capaces a lo largo de la historia de provocar una purificación o catharsis curativa de la enfermedad, ya fuera física o espiritual. El emplazamiento de Mentesa Oretana directamente sobre el Camino de Aníbal, controlando el territorio oretano situado al norte del santuario étnico-rural Los Altos del Sotillo (Castellar de Santiesteban, Jaén), sugiere una relación directa y estrecha entre ambos yacimientos arqueológicos a través de la vía antes citada. Quizás la presencia del exvoto de un guerrero ibérico en Mentesa Oretana haya que explicarla como una migración dentro de este contexto, si bien la excepcional peculiaridad formal de la figura —esta vez sí— permite no descartar el funcionamiento de un taller metalúrgico local en Mentesa. Por otra parte, en Mentesa existen dos vasos cerámicos relacionados probablemente con el culto. El primero de ellos es el fragmento de una forma que imita otras de barniz negro o campanienses, que cuenta con decoración pintada y que presenta los atributos sexuales masculinos completos, con una especie de recipiente o pebetero sobre ellos. La parte que representa el pene se encuentra calada por un orificio vertedor. La pieza, publicada y fotografiada, se ha fechado entre los siglos IV y II a.C. El segundo fragmento es un galbo sin decoración pintada, de paredes gruesas, no identificado en cuanto a su tipo formal pero que presenta una excepcional decoración fechable en un momento avanzado del Ibérico pleno. Sobre una banda estampillada de rosetas, sin casetón de enmarque, aparecen otros motivos figurativos, también estampillados, de considerable tamaño que representan un animal alado, tal vez un grifo o, según creemos más probable, un león.El león es, junto al toro, el animal más representado en la plástica ibérica. Los leones fueron símbolos en el mundo ibérico del valor y de la dignidad aristocrática, pero también estaban considerados, en ambientes funerarios, excelentes guardianes y testigos perdurables del valor de los difuntos más nobles. A pesar de que el león fue un animal desconocido para los oretanos, su figura se adoptó con toda su carga simbólica. En ocasiones aparece en las representaciones ibéricas sin melena o sin sus grandes garras. La causa de este fenómeno hay que buscarla en la falta del animal verdadero que sirviera como modelo figurativo, lo que hizo necesario tomar a modo de referencia otros carniceros menos corpulentos, como eran los lobos o los perros.
 
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