lunes, 14 de enero de 2013

El Saucedo y La diosa Iscallis, Talavera la Nueva-Talavera de la Reina

Cinco kilómetros aguas abajo del Tajo desde Talavera de la Reina se encuentra el Yacimiento arqueológico de El Saucedo, una antigua villa romana que en uno de sus mosaicos parece representar un culto prerromano, una diosa de nombre Iscallis. Alicia M. Canto incluso especula con la posibilidad de que dicho teónimo pudo ser el origen del nombre de algunas poblaciones como las actuales Escalona o Illescas. La autora conecta el teónimo con la raíz indoeuropea *sk que está relacionada con el agua; así en celta, por ejemplo, la palabra *iska significa agua. El propio topónimo del paraje -Saucedo- indica la segura abundancia de sauces junto al más largo río ibérico, un árbol que crece en zonas de abundante humedad y que ostenta propiedades curativas -la aspirina de la Antigüedad, en palabras de Alicia M. Canto, una historiadora por la que tenemos predilección- lo que pudiera ser indicio de un cierto culto curativo del lugar otorgado a través de dicha divinidad en territorio vettón. Una inscripción dedicada a las Ninfas, hallada también en este lugar, otorga mayor validez a esta conclusión. El mosaico se encuentra actualmente en el Museo de Santa Cruz de Toledo.
El lugar, posteriormente, fue cristianizado a través de un baptisterio en el que se bautizaba. Otra vez el agua como elemento protagonista.
Pero dejemos que sea Alicia M. Canto quién nos cuente.

Ilustración de Alicia M. Canto, celtiberia.net

*Fuente: El paisaje del teónimo: Iscallis Talabrigensis y la aspirina, Alicia M. Canto

...no sólo tenemos documentada en "El Saucedo" una relación con manantiales de aguas salutíferas, a través de la inscripción dedicada a las Ninfas y de la existencia de ambas fuentes próximas, sino que el teónimo mismo de Iscallis nos denunciaría un lugar "llenos de aguas". Por otras noticias verbales, sabemos que esta zona concreta fue en tiempos un verdadero humedal, llamándose antiguamente "Lagunas del Rey". Hay que imaginarse cómo sería esta vega en la Antigüedad, poco más abajo de la confluencia de un Alberche y un Tajo muchísimo más caudalosos. Sus muchos árboles, una extrema fertilidad -propicia para los viñedos- y el carácter curativo de las aguas debieron de contribuir, en suma, a una antiquísima sacralización del lugar.
[...] En cuanto a la equivalencia romana de la céltica y vetona Iscallis, si atendemos a los distintos atributos que -según mi presente interpretación- la acompañan en el mosaico de El Saucedo, la cornucopia representaría las riquezas de todo orden que nacen desde las entrañas de la tierra, pero a través de las fauces de una serpiente (concebida ésta como agathós daímon), por la voluntad e intervención de la diosa, y de las aguas saludables (las cinco cráteras) que ella y sus ninfas generan. Si incluimos el creciente lunar dorado que creo sostiene en su mano derecha, el conjunto podría valer perfectamente para considerar a Iscallis como un trasunto talabricense de Diana-Proserpina.

Villa romana de Saucedo, fjaviergil-panoramio.com

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