lunes, 27 de julio de 2015

Peña del Berruecu, Tierras de Granadilla

De nuevo Félix Barroso, uno de nuestros autores predilectos, sobre una de sus últimas "correrías etnoarqueológicas", como le gusta llamarlas, en concreto del pasado miércoles 22 de julio, realizó una fabulosa crónica de lo que allí pudieron contemplar sobre el terreno, relato del que hemos extraído unas líneas. En este caso nos habla de lo que, a todas luces, por las evidencias existentes sobre la roca que hoy traemos y que bien nos describe Félix, parece una antigua peña sacra o santuario rupestre prerromano, que a buen seguro hunde sus raíces incluso en el Calcolítico, como bien se pregunta. Es conocida como Peña del Berruecu y desconocemos el municipio en el que se encuentra, pues a Félix, en aras de proteger estos enclaves, no le gusta desvelar la ubicación de los mismos, más allá de algunas pistas toponímicas que cita, que los lugareños o conocedores de la comarca de Tierras de Granadilla, donde se encuentra, quizás
puedan conocer o servirles de pista. Dejemos que nos cuente el gran maestro.

Sendas fotos de la Peña del Berruecu - Fotos: Félix Barroso Gutiérrez



*Fuente: Félix Barroso Gutiérrez - 23/07/2015

Sabido es que la palabra "berrueco" o "barrueco" tiene el significado de "sitio peñascoso" o "peñasco aislado de granito". La peña que hoy traemos a nuestra página, fruto de la última correría etnoarqueológica, se encuentra en un pequeño promontorio, desde el que se dominan numerosos caminos y un gran espacio territorial. La peña se puede observar a grandes distancias, desde los cuatro puntos cardinales. Un paisano, llamado Teodoro Rodríguez Martín, al que apodaban cariñosamente como "Chapín", ya fallecido, nos contó que el "canchal" tenía unas "jendiúrah" (entalladuras) para subir a su cima, donde había "cumu únah cazuélah y ehcúllah picáh en el canchu, con únah regaerínah" (o sea, al modo de unos recipientes circulares unidos por pequeños canalillos). Y salió a relucir la mágica noche de San Juan, comentándonos Teodoro que, al venir el día, la madrugada de San Juan, los rayos del sol rasaban la "cotorina" (cima) de la peña. Pero esa noche no se podía acercar uno al peñasco, ya que aparecían los "Jabichúchih", unos seres misteriosos y míticos, de los que habría mucho que hablar.
[...] La situación estratégica de la peña, sus entalles, los recipientes y canales de su cima y las leyendas que la rodeaban nos manifestaron claramente que nos encontrábamos ante un espacio sagrado. ¿Acaso un santuario de pueblos de cultura celta, que no solían construir templos para adorar a sus dioses y cuyos lugares sacros, basados en el concepto de "Nómeton", podían ser un árbol, un claro del bosque o una peña? ¿O tal vez estábamos ante un vestigio del Calcolítico a juzgar por tres fragmentos cerámicos hallados entre los intersticios de aquellos peñascales? ¿Se llevarían a cabo en esta Peña del Berrueco rituales relacionados con libaciones o sacrificios inherentes a prácticas augurales o de lustración, de acuerdo con sus particulares creencias religiosas? ¿Nos encontraríamos delante de una de esas peñas onfálicas, de las que habla el prestigioso investigador Mircela Eliade, y que serían un punto equidistante de comunicación con el Más Allá, un "omphalós"?

Sabemos que los entalles o escotaduras son más antiguos que las escalinatas que aparecen en otras estaciones sacras, tal vez ya protohistóricas. Pero nos quedan muchos enigmas por resolver. Muy atrevido sería el afirmar que los ritos practicados en este peña y su entorno continuaron en el tiempo, ya que es conocido que, en algunos casos, se alargaron hasta época medieval, como se desprende de las condenas y anatemas lanzados por Martín Dumiense, Prudencio, o en el III Concilio de Brácara o en el XII Concilio de Toledo.


 

miércoles, 22 de julio de 2015

Petroglifos de Monção, Monção

No hace mucho se dieron a conocer a la opinión pública unos petroglifos "laberínticos" estilo a los de Mogor. No se encuentran demasiado lejos, pues se hallan al norte de Portugal, en Monção, concejo que hace frontera con Galicia. Como ocurre con el resto de petroglifos de este tipo, suponen un auténtico enigma que ha traído muchas especulaciones al respecto. Muchos autores, debido a la concentración existente en el noroeste peninsular, entienden que pudieron tener su origen en aquella zona, pues se han encontrado testimonios en Galicia, en los alrededores de Astorga y el Monte Teleno, además de estos de Monção, al norte de Portugal, como hemos apuntado.
Aportamos, a continuación, tres fotos de Pablo Novoa Álvarez, uno de los divulgadores de los Petroglifos de Monção.

Petroglifos de Monção - Fotos: Pablo Novoa Álvarez   

sábado, 18 de julio de 2015

El Pico Picaraña, Ponteareas

Volvemos a traer una montaña considerada sagrada desde bien antiguo y, a un territorio, como Galicia donde abundan sobremanera. En concreto nos acercamos a Ponteareas, en la comarca de O Condado, donde se encuentra el Pico Picaraña, que es precisamente al que se dedica esta ficha. La existencia de una capilla, una cruz, a la cual se llega mediante un viacrucis, además de un cercano monasterio, suponen la cristianización de un lugar que ya era objeto de culto anteriormente a la llegada de esta religión. Existe una leyenda medieval en la que, como en otras tantas, las huellas del equino de un caballero quedaron marcadas en una roca de esta montaña cuando huía de los moros. No hemos encontrado ninguna mención que vaya más allá de la leyenda, pero entendemos que bien pudieran ser petroglifos existentes en este enclave, por
otra parte también muy abundantes en Galicia y todo el noroeste ibérico.

El Pico Picaraña - Foto: ponteareasvirtual.com


*Fuente: galiciamaxica.eu

El Pico Picaraña se levanta a 387 m sobre el nivel del mar, a escasos kilómetros de Ponteareas y muy cerquita del monasterio franciscano de Canedo. Su cima es un lugar de devoción desde remotos tiempos y se celebran grandes romerías en el área recreativa que se localiza entre los dos picos más altos. En el más bajo se sitúa una cruz (358 m), a la cual se llega mediante un viejo viacrucis que sale de la capilla de la Santa Cruz que se encuentra en el medio de los dos curutos.
[...] Desde sus cumbres se pude divisar grandes panorámicas de todo O Condado y gran parte del Val do Tea, así como la villa de Ponteareas y sus parroquias. Desde el pico más alto se puede observar el castillo de Vilasobroso. Cuenta la leyenda que en el Picaraña estuvo situada una fortaleza que mandó construir Pedro Madruga para poder vigilar el castillo del Sobroso, ya que este se sentía obsesionado por la posesión de esta fortaleza. Es aquí donde el suelo nos cuenta una leyenda. Una especie de pisadas de herradura se abren en la gran roca. La leyenda nos cuenta como un caballero cristiano escapó de un gran salto con su caballo, cuando era perseguido por los moros. Sus huellas quedaron marcadas para siempre en la roca. También se dice que una serie de cuevas comunicaban el lugar con el vecino castillo. Lo que es verdad es que el Picaraña es buen lugar para descansar y disfrutar de unas formidables vistas de todo O Condado.


 

viernes, 10 de julio de 2015

Santuario rupestre de Gete, Gete-Pinilla de los Barruecos

En la comarca de Sierra de la Demanda, un territorio muy rico en leyendas y en Historia, se encuentra Gete, una población pedanía del municipio de Pinilla de los Barruecos. Estamos en lo que fue territorio celtíbero de la etnia de los pelendones, fronterizo al sur con los arévacos y al este con los berones, y de ahí mismo ha sido sacado a la luz pública lo que fue un santuario rupestre en aquellos tiempos de la Edad del Hierro, aunque se piensa puede encontrar su origen a principios del I Milenio a. C., a finales de la Edad del Bronce. Ha sido dado a conocer, como decimos, hace muy poco y se pretende acondicionar para facilitar su visita.

Foto: diariodeburgos.es


*Fuente: B. Antón, diariodeburgos.es

De niña, María Victoria Palacios había jugado y merendado sobre ella con otros niños de Gete. Ahora, sabe que esa roca donde ha pasado parte de su infancia es un santuario celta y que pertenece a finales de la época de la Edad de Bronce o a principios de la Edad del Hierro, lo que le sitúa entre el 1000 y el 750 antes de Cristo. Su curiosidad por este mágico lugar se ha despertado hace poco, mientras estudia Historia en la Uned. «Por una coincidencia pensé que podía ser algo importante y se lo comenté a un profesor», recuerda Palacios. Fue cuando el arqueólogo y miembro de la Academia Fernán González, Ignacio Ruiz Vélez, le acompañó a ver el lugar y observaron en él una serie de elementos típicos que presentan este tipo de altares y que son estar sobre una roca, tener unas escaleras y acoger un lóculo o laciculo, o lo que es lo mismo, una cubeta donde se hacían los ritos sagrados por los celtas. Otra característica más es su orientación, hacia la salida y la puesta de sol en los equinoccios. Todo ello ha conducido a afirmar que se trata de un altar rupestre, con más de dos mil setecientos años, aunque como otros ejemplares hallados en la península, ha podido tener un uso posterior, incluso hasta la época romana.

Numancia, un gran ejemplo de dignidad.

Hemos encontrado este interesante reportaje sobre Numancia, la antigua capital arévaca, emitido en TVE hace unas semanas. El ejemplo de dignidad que dio esta población en su defensa contra el invasor pervivirá por los siglos de los siglos -más bien por milenios- entre nosotros. En una época, como la actual, en la que todo huele a culto al poder, a mega-Estado, a dinero y a primacía de la riqueza material sobre la espiritual, no es de extrañar el gran ensalzamiento que se hace a lo que Roma supuso, como impulsora de todos estos valores, donde primaba más el derecho privatista que lo comunal y donde lo urbano pretendía sustituir a lo rural. Es por esto muy importante no olvidar que otras etnias y otros pueblos, como el numantino, trataron de luchar por su libertad, por sus costumbres, más en armonía con el entorno natural, y, seguramente, mucho más comunalistas y asamblearistas que la fuerza militar que les vino a invadir, la cual representaba, precisamente, todo lo contrario. Vaya desde aquí nuestro homenaje a la antigua Numancia y a todos los pueblos, de todos los tiempos, que luchaban y luchan por su libertad y su dignidad.


martes, 7 de julio de 2015

Pinturas Rupestres de El Remosillo de Congosto de Olvena, Olvena

En el bello barranco de Congosto de Olvena, en el municipio de Olvena, comarca aragonesa de La Ribagorza, existe un conjunto rupestre del Neolítico muy interesante conocido como El Remosillo. Se compone de varios paneles de entre los que destaca el numerado como segundo, con antropomorfos, zoomorfos y la representación de dos carros. En la fuente que hoy traemos, no se indica nada en relación al simbolismo del carro, pero es bien conocida su importancia simbólica en muchas culturas; baste poner como ejemplo el carro de Apolo o carro dorado del Sol, que si bien no se encuentran dentro del mismo contexto, es un patrón que se viene repitiendo desde bastante antiguo en distintas culturas que conocían la rueda y, por ende, el carro.
El paraje es un auténtico santuario de la Naturaleza que, a buen seguro, pues aún no lo hemos visitado, bien parece merecer la pena.


Panel 2 de El Remosillo - Foto: ribagorzanyomil.blogspot.com

*Fuente: ribagorzanyomil.blogspot.com

Aparecen figuras antropomorfas, cuadrúpedos, digitalizaciones, carros y restos inidentificables, así como las conocidas “pinturas fantasmas”. Se trata de representaciones cuyo pigmento ha desaparecido restando un tono rojizo en su lugar producto de la oxidación. De las figuras antropomorfas cabe destacar una con el miembro sexual prolongado hasta la altura del los pies con una longitud total de 15,4cm. Tres figuras unidas entre sí; la de la izquierda con los brazos arqueados y un tocado corniforme; la del centro da una sensación de movimiento; y la de la derecha no se ha identificado. Otras dos figuras de extraordinaria belleza. El de la derecha posee la mano derecha apoyada sobre la otra figura, posee el miembro sexual señalado y posiblemente posea plumas en la cabeza. Su compañero es más pequeño con los dedos de las manos representados. Al lado de estas figuras aparece un contorno rectangular subcircular en cuyo interior aparecen puntos. Existe la duda de si se trata de algo abstracto o que no se puede identificar.

Respecto a los carros, se trata de las representaciones que poseen mayor interés en todo el conjunto del Remosillo. Se trata de dos carros superpuestos muy similares entre sí, donde las ruedas son dos círculos concéntricos cruzados por dos líneas simulando los largueros de la caja a la vez que para sujetar al animal de tiro, el cual lo más probable es que sea un bóvido. Desde uno de estos bóvidos, parte lo que podría ser una rienda y en el otro aparece el cuadrúpedo muy alargado, por lo que podría tratarse de dos animales de tiro enfilados. Además poseen en la cabeza lo que podría tratarse de cuernos, lo que confirma la posibilidad de ser bóvidos. La longitud de estos dos carros ronda los 30cm.


El río Ésera a su paso por el Cañón o Congosto de Olvena - Foto: eseraventura.com


miércoles, 1 de julio de 2015

Jaungoikoa y la bellota en Euskal Herria

Leyendo un fabuloso artículo de Félix Rodrigo Mora donde se habla de la importancia que en el pasado -no tan lejano en algunos casos- tuvo la bellota en la alimentación humana y el origen estatista de su denigración, tema que ya hemos tratado en más de una ocasión en este blog, nos hemos encontrado con una mención al termino Jaungoikoa. Nos ha parecido que se refería a un teónimo vascón de origen precristiano, lo cual ha suscitado nuestro interés. Posteriormente, investigando sobre el término, he comprobado que no se ha documentado más allá del siglo XIV y que, presumiblemente, signifique Dios en euskera. Queda la duda, por tanto, de saber si con esta palabra se estaba denominando al Dios cristiano o ya se usaba antes de que los vascones fueran cristianizados. Como siempre, llamamos a la colaboración de cualquier persona que pueda aportar alguna información, agradeciendo de antemano dicha ayuda.

El monte Txindoki, en la sierra de Aralar, una de las montañas más emblemáticas de Euskadi y una de las moradas de la diosa Mari - Foto: bizipozatours.com


*Fuente: La alimentación humana con bellota, un posible remedio a las crisis agraria y medioambiental. Félix Rodrigo Mora

Se asevera, con bastante certidumbre, que cuando los vascones rendían culto a Jaungoikoa, se sustentaban con “pan de castañas y de bellota”. En su enfrentamiento secular con el aparato militar visigodo ello no parece que fuese causa de debilidad estratégica, lo que debe ser enfatizado. El reino godo de Toledo, seguidor en todo lo medular de la idea de romanidad, alimentaba a sus elites y ejército de trigo, lo que no le otorgó ventaja apreciable frente a los irreductibles vascones, acontecimiento histórico que también deja en mal lugar la pretendida superioridad de la agricultura sobre la recolección de frutos, si bien tal conclusión ha de tomarse con cautela, pues en los resultados de un enfrentamiento bélico influyen muchos factores, siendo el alimenticio sólo uno entre otros. Sea como fuere, el uso como nutrimento humano de la bellota se ha mantenido en Euskal Herria hasta casi hoy mismo. 
 
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