viernes, 25 de diciembre de 2015

El Chocalheiro de Bemposta, Bemposta-Mogadouro

Volvemos a Trás-os-Montes, a Bemposta, población que se puede contemplar desde el propio Villarino de los Aires, el pueblo que hemos traído en un par de ocasiones recientemente al blog, pues ambas localidades se encuentran en una y otra orilla del Duero, mítico río ibérico que esta zona de Las Arribes hace frontera entre los dos Estados existentes en la Península Ibérica. Como casi siempre que visitamos la región de Trás-os-Montes, lo hacemos para traer alguna de sus típicas mascaradas invernales. En Bemposta, freguesía del concejo de Mogadouro, existe uno de los personajes más conocidos entre las mascaradas de Trás-os-Montes como es el Chocalheiro. Mañana, 26 de diciembre, saldrá a las calles de este pueblo el Chocalheiro "manso", en compañía de los mayordomos, recibiendo limosnas en forma de dinero, pan, carne, huevos o naranjas, siendo, esta última, la fruta que lleva en sus cuernos con la que pretende propiciar un año sin carestía. El 1 de enero, será el Chocalheiro "bravo" el que recorrerá las calles revirtiendo todos los dones que fue recibiendo y otorgando parte de ellos a la Virgen del pueblo, Nossa Senhora das Neves, y al niño Jesús, en lo que constituye, como se puede apreciar, un claro sincretismo entre el antiguo ritual pagano y el cristiano.

El Chocalheiro - Foto: laotravozdebenavente.blogspot.com

Son varios los elementos simbólicos que se pueden apreciar en esta mascarada. No podemos olvidar que nos encontramos en el inicio del invierno y, como tal, esta estación oscura es representada a través de monstruos y diablos, como el propio Chocalheiro, el cual tendrá que ser "domesticado" para que su protagonismo no acabe siendo eterno y, por tanto, deje paso a la venidera estación primaveral, la cual traerá de nuevo la vida y la fertilidad a los campos tras el letargo invernal. Esta máscara se materializa en una representación tauromórfica, llevando, como se dijo, en la punta de sus cuernos sendas naranjas como símbolos de prosperidad, además de una vejiga de cerdo en la frente, una serpiente en el rostro y otra en la cintura, sosteniendo, con la mano, una tenaza. Tal y como dijo el lingüista y antropólogo, António Maria Mourinho, que tanto hizo por el mirandés, dialecto asturleonés de Miranda do Douro y alrededores, "el toro representaba para los antiguos la fuerza física y generadora; así, donde este símbolo aparece, ya sea en las culturas neolíticas o en la iconografía o representaciones bovinas de todo tipo, constituye la expresión de la Gran Madre de la Fertilidad" o lo que es lo mismo, de la Gran Madre Tierra, añadimos nosotros.
Las serpientes recreadas son otro importante elemento en esta mascarada, simbolizando a la fertilidad, a la ciencia o sabiduría, además de a la inmortalidad, por mudar la piel este reptil, hecho que se interpretaba como una resurrección o renacer de dicho animal, del mismo modo que la Naturaleza renace tras el invierno o el Sol tras el Solsticio de Invierno, empezando el día, poco a poco, a comer terreno a la noche o lo que es lo mismo, la luz a las tinieblas. Este transcurrir de los ciclos y de las estaciones, es un hecho simbólico que aparece en casi práctica totalidad de estos festejos.
Mañana, como decimos, el Chocalheiro volverá a recorrer las calles de Bemposta; esperemos que por mucho tiempo, pues este tipo de celebraciones o rituales constituyen auténticos tesoros antropológicos que no deberían perderse nunca.





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