domingo, 13 de mayo de 2018

Arqueoastronomía en castro de Ulaca, Villaviciosa-Solosancho

Nos acercamos, de nuevo, al que es el castro vettón seguramente más conocido: Ulaca. Éste, como ya dijimos al hablar de su famoso altar y de la construcción que fue interpretada como una sauna iniciática de guerreros, muy parecida a la de Citânia de Briteiros, cerca de Braga, se encuentra en la población de Villaviciosa, perteneciente al municipio de Solosancho, en la comarca abulense de Valle de Amblés. Como ya sabemos, dentro del calendario festivo celta, los solsticios eran de gran importancia, pero sobre todo lo eran, más, si cabe, los cuatro festejos de mitad de estación, tal y como entendemos nosotros, a día de hoy, las estaciones, y, dentro de estos cuatro momentos del año, principalmente el Samaín o Samhain, de mitad de otoño (el 1 de noviembre), o el Beltaine, de mitad de primavera (el 1 de mayo). Y el mejor calendario que tenían, era la observación de la salida y puesta del Sol sobre distintos puntos de referencia en el horizonte -o más cercanos- que marcaban, en un enclave concreto, estos importantes festejos dentro del calendario.
Así, en el caso de Ulaca, estudios arqueoastronómicos llevados a cabo hace menos de una década, dejaron constancia de la vinculación existente entre su altar rupestre, donde se situaría el observador, y otros, como la Sierra de la Paramera al Sureste, en concreto el Risco del Sol dentro de esta sierra, y un bolo granítico o piedra caballera conocido como el Canto de la Mula, al Oeste del altar.
La vinculación con respecto a la Sierra de la Paramera, a pesar de que no se encuentra demasiado lejos del yacimiento (como a unos 10 km), supone una distancia prácticamente suficiente como para que al Sol se le vea salir por el mismo punto de esa Sierra, desde cualquier lugar del castro, pero no ocurre lo mismo con el Canto de la Mula, que se encuentra en el mismo poblamiento, por lo que esto únicamente se podría apreciar desde el altar, que dado el alto contenido simbólico que debió tener para esta población, seguramente fue un lugar no sólo de celebración de reuniones rituales, sagradas o de cualquier otro tipo, sino también el lugar desde el que se practicarían este tipo de observaciones. Así lo parece indicar el estudio realizado en 2010 por Manuel Pérez Gutiérrez.

Altar rupestre de Ulaca, con la Sierra de la Paramera al fondo. El Risco del Sol sería el segundo por la izquierda - Foto: celtiberia.net

Fuente: geolodiaavila.com

El lugar de mayor interés arqueoastronómico en Ulaca es el altar de sacrificios, por tratarse del centro social y religioso del castro. 
El calendario que se emplea como referencia para el mundo celta, incluidos los vetones, es el encontrado en Coligny (Francia) en 1897, fechado hacia el siglo II d. C. (Cossard, 2010). Se trata de un calendario lunisolar que divide el año en dos partes:
  • La oscuridad, ritualizada en la festividad de Samhain, que señalaba el comienzo del año a mediados del otoño (1 de noviembre).
  • La luz, ritualizada en mitad de la primavera en la festividad de Beltaine (1 de mayo).
Un exhaustivo estudio realizado por Manuel Pérez Gutiérrez (2010) ha puesto de manifiesto la existencia de múltiples alineaciones de interés entre el altar y el horizonte del castro.
Entre ellas caben destacar las relacionadas con los principales relieves de la Sierra de la Paramera y con una piedra caballera próxima conocida como “Canto de la Mula”. En ambos casos se han hallado evidencias de alineaciones vinculadas tanto al seguimiento de las principales festividades celtas como a la observación de los solsticios de invierno y verano por parte de los habitantes de Ulaca hace más de 2.000 años.



Escudo de Solosancho con la representación de un verraco hallado en Ulaca

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